El cuento de Mambrú y el hombre del saco
Presentación
En el instituto Zorrilla se encuentran unas placas de linterna que tienen relación con una canción de origen francés, con un cuento y con personajes de cuentos infantiles. Estas placas fueron adquiridas por el Instituto Zorrilla en los primeros años de su andadura como institución independiente, allá por 1864. Estas placas están realizadas con una posible técnica de uso de calcomonías que, posteriormente, son coloreadas a mano. Su tamaño es considerable (29,5 cm de ancho por 7,5 cm de alto), lo que permite dibujar dos escenas independientes. En el centro se dispone el texto de la canción de Mambrú o, como indican las placas, Malborough. Junto con estas placas, tenemos un conjunto de otras 6 que recogen varios cuentos, leyendas o escenas populares. Presentan el mismo formato físico que las anteriores. Las tres primeras tienen dividida la superficie en tres escenas.
MALBOROUGH S'EN VA - T - EN GUERRE
Son seis las placas que ilustran la canción “Malbrough s’en va-t-en guerre”. El nombre aparece así, y no Malbrouck, como aparece en el repertorio de canciones infantiles en Francia, pero corresponde de forma más fidedigna al personaje del que habla, como veremos más adelante. En español se cambió a Mambrú, de más fácil pronunciación.
En esta canción, la melodía tiene un papel preponderante, como en todas las canciones populares, por su estribillo onomatopéyico en francés (“mironton, mirontaine”, no significa nada, al contrario que en español; “¡qué dolor, qué dolor!, ¡qué pena!”, aunque, luego, se introduce algo sin significado; “do-re-mi, do-re.fa”)
Esta melodía corresponde en la versión original francesa a la de la canción inglesa: “ For he is a jolly good fellow” (“Es un muchacho excelente” en español), melodía no muy distinta en la versión española.
Ya la misma música puede parecer ambigua: ¿es una canción de lamento, con rasgos de marcha militar? ¿es una canción de corro, para cantarla bailando?, pero en sus estrofas encontramos la misma ambigüedad: ¿Es seria y triste? ¿Es alegre y burlesca?
Desde luego, el final es cómico, por lo que algunos estudiosos piensan que otro autor añadió las estrofas finales.En estas placas de linterna se muestra este carácter ambiguo de la canción: La dama no parece muy agraciada y está, digamos, regordeta, aunque la tercera placa es claramente sentimental: desmayo de la dama, lloros del paje, que se cubre la cara y en la novena encontramos la admiración de todos hacia el héroe resucitado, para, al final, irse todos a casa “cada oveja con su pareja” y el que no tenga pareja que la busque, que hay para todos los gustos.
La canción se remonta, probablemente, al siglo XVII, aunque comienza a popularizarse a partir de 1780.
En 1784, en “Las bodas de Fígaro”, Beaumarchais hace cantar a Chérubin, con la melodía de Malbrouck, su famosa romanza del acto II, escena V, que otorga a la canción una dignidad y una tristeza elegíaca.
Pero las comedias y vaudeviles que parodian la obra de Beaumarchais en 1790 le quitan rápidamente este carácter sensiblero.
En la época de la Revolución, muchos autores recurren a la música de Malbrouck para componer cantos fúnebres o parodias (“Canción de lamento de Marie-Antoinette”, “Canción en honor del ciudadano Bonaparte”).
Beethoven, en “Sinfonía de la victoria de Wellington”, personifica a los ingleses con “Rule Britannia” y a los franceses con la melodía de Malbrouck en esta obra que cuenta la derrota napoleónica en Vitoria en 1813.
Victor Hugo toma la canción como referencia en el poema: “Sur l’air de Malbrouck” en su estribillo interno (“Paris tremble, ô douleur, ô misère”) y en su ritmo,
En el siglo XIX, la canción se extiende por todo el mundo:
Rusia, Canadá, Castilla, Inglaterra, Estados Unidos…
En los siglos XIX y XX, Malbrouck “se hace” antimilitarista, muestra del heroísmo inútil (Malbrouck s’en va-t-en guerre” es el título de una obra antimilitarista de Marcel Achard, con montaje de Louis Jouvet).
En el siglo XX, se convierte en canción infantil, adaptada y reducida, como tantas otras, del repertorio de los adultos: ahora tiene 14,16 ò 20 estrofas y el motivo sentimental gana la partida al militar, como también se ve en las ilustraciones de los siglos XIX y XX (como muestra, las placas de linterna que nos ocupan)
Pero ¿quién fue Malbrouck, o más bien: Marlborough?
Nuestro héroe parece hacer referencia a John Churchill (antepasado de Winston), duque de Marlborough, célebre general inglés que luchó contra Luis XIV en la guerra de Sucesión Española. Algunos dicen que murió en la batalla de Malplaquet (1709) y que es lo que se cuenta en la canción. Pero, en realidad, murió en 1722, víctima de un derrame cerebral.
Consultar“La chanson de Malbrouck, de l’archive au signe”, de Sophie-Anne Leterrier, publicado por la revista "Volume!: la revue des musiques populares" (2003).(*)"mironton, mironton, mirontaine": este verso no aparece en las placas, quizá porque no significa nada, como he dicho más arriba y, por tanto, en la placa pierde la utilidad sonora que tiene cuando se canta.
El hombre del saco o el coco
Las tres placas que siguen corresponden al personaje con el que nos metían miedo cuando éramos pequeños para inducirnos a “portarnos bien”. En Francia es M. o Mme. Croquemitaine, de género masculino o femenino, en España siempre masculino.
El nombre procede de la unión de dos palabras: el verbo “croquer”= morder, masticar y “mitaine. Más difícil de interpretar. Podría derivar del francés antiguo: “mite”= gato, por lo que este personaje sería “el señor o la señora Come-gatos”, pero también significa mitón; guante con los dedos cortados, por lo que podría sugerir la idea del comedor o la comedora de dedos, invocado por los padres para que los niños dejaran de chuparse el dedo pulgar. Por último, el mitón evoca la mano que abofetea en las farsas: “Sotties des sots triumphans” “Farce du pauvre Jouhan”, por lo que “croque-mitaine” contendría la amenaza de una bofetada.
Otra interpretación podría ser la deformación del alemán “Mädchen” o del holandés ”Meisje”, que significa mujer joven.
Este personaje existe en distintas variantes y con distinto aspecto en muchísimos países del mundo. Es de destacar la cantidad de personajes de este tipo que existe en las distintas regiones de Francia y, como curiosidad, la variante colombiana: el ladrón de ojos o en Túnez: Salléile el Kloube, que arranca los corazones a los niños, simplemente si salen durante las horas de la siesta. Resulta curioso también en Noruega “Draugen”, demonio marino para impedir que los niños se acerquen al borde del mar o en Ginebra Le Père fouettard, que acompaña a San Nicolás y lleva carbón o, incluso, da latigazos, en lugar de caramelos, a los niños “malos” la noche del 24 de diciembre.Versión francesa de la canción:
https://www.mamalisa.com/?t=ss&p=186
https://www.youtube.com/watch?v=qfXC3CUajaY
Hay muchas versiones en español, una de ellas:
https://www.youtube.com/watch?v=xrQe3Ls-ZTU
Podéis escuchar la melodía de la canción en los primeros minutos de la Sinfonía de la Victoria de L. van Beethoven. La versión interpretada por Karajan está disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=R_ibES7i-HU
Carmen MARTÍN ZURRO